Otro de los momentos super especiales (fueron varios) de mi reciente visita al Reino Unido, fue la visita a Stonehenge, en Salisbury. Otro lugar que inicialmente no estaba en mis planes y que superó mis expectativas, no solo por tener la oportunidad de visitarlo, sino que gracias a mi amiga Bev, pude experimentarlo desde el círculo interior (Inner Circle*), es decir justo al lado de las piedras y a una hora en la que no había tanta gente.
Stonehenge, designado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los lugares arqueológicos más icónicos y enigmáticos del mundo, consta de un círculo de grandes piedras de arenisca ubicadas en patrones específicos, algunas de las cuales se remontan al período neolítico (hace más de 4.500 años). A lo largo de los siglos, este lugar ha sido objeto de especulación y fascinación, y su propósito exacto sigue siendo un misterio. Se cree que fue construido en varias etapas durante más de mil años (aproximadamente entre los años 3.000 a 1600 A.C.) y que ha sido utilizado con diversos propósitos: como mausoleo, rituales religiosos y de sanación, observaciones astronómicas (su alineación parece estar relacionada con solsticios y equinoccios). El hecho de que estas piedras fueron transportadas desde distancias considerables y colocadas con gran precisión, sugiere un alto grado de planificación y habilidad técnica por parte de las antiguas civilizaciones que lo construyeron.
Algunas personas en la actualidad consideran que es un centro de energía espiritual y un punto de acceso a dimensiones más elevadas. Muchos lo toman como un lugar de iniciación espiritual y transformación personal, en donde se puede experimentar un despertar de conciencia y una conexión más profunda con el ser interior y con el cosmos. Otros creen que las energías telúricas que fluyen a través del sitio tienen propiedades curativas y de sanación, y que meditar o realizar prácticas espirituales en Stonehenge puede potenciar la intuición, la claridad mental y la armonía espiritual.
Me hubiese encantado caminar descalza allí, conectarme con la tierra (o tratar de hacerlo) o sentarme un rato a meditar, lamentablemente durante mi visita lloviznaba, hacía mucho frío y había mucho lodo, así que traté de conectar mentalmente 😊. Una vez más estaba feliz (y agradecida) de estar en un lugar así, aprendiendo y recibiendo lo que este lugar tenía para darme.
*Inner Circle: Es un tipo de tiquete para acceder a Stonehenge cuando no está abierto para el público en general. Usualmente hay dos turnos antes de abrir y dos después de que cierra. Los horarios cambian dependiendo de la época del año. La ventaja de este tiquete, aparte de estar en el lugar con menos gente, es poder pasar un tiempo cerca de las piedras, observarla, y para aquellos que creen en eso, sentir su energía. Es prohibido tocarlas, ya que están rodeadas de diferentes tipos de musgo que crece muy lentamente y que lleva allí muchos años.
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