En las entradas anteriores hablé acerca del Respeto al Medio Ambiente: el trato adecuado con los animales y nuestra contribución para su conservación y  mencionando el daño al medio ambiente causado por el exceso de   basura y plástico.  Hoy quiero hablar de la conservación de recursos naturales.

Muchas veces, al estar de vacaciones, aprovechamos para hacer todas esas cosas que no hacemos en casa, queremos llegar de nuestro paseo y encontrar la habitación fría, refrescante y por eso dejamos el aire acondicionado encendido.  Tomamos duchas largas en lugares donde el agua escasea, sin ser conscientes cuando lo hacemos, sólo pensamos en nuestra comodidad, finalmente: estamos de vacaciones y además estamos pagando por ello.

Evitando los empaques de plástico, Galle Fort, Sri Lanka- KWT

Evitando los empaques de plástico, Galle Fort, Sri Lanka- KWT

Desde hace un tiempo muchos hoteles han empezado a tomar acción al respecto y sugieren a los huéspedes diferentes formas para contribuir a este ahorro: Sugieren no cambiar toallas o tendido de cama diariamente y en caso de querer hacerlo, le indican dar una señal (toallas en el piso o en la tina, un objeto específico sobre la almohada), tienen un sistema para que al salir todas la electricidad no esencial en la habitación se apague; en muchos han dejado de usar plásticos de un solo uso: eligen agua embotellada en vidrio, envases para shampoo y jabón reutilizables, etc.

Gran parte de este esfuerzo que los hoteles han hecho y al que nos han acostumbrado, se va a ver detenido en este momento, al aplicar algunos de los estándares de bioseguridad: Ahora se tendrá que cambiar a diario toallas y sábanas, algunos optarán por volver a entregar el shampoo, jabón y crema en empaques desechables, mientras otros los eliminarán por completo (por lo menos por un tiempo), la desinfección en las habitaciones será más profunda y se incrementará la frecuencia de limpieza en las zonas comunes. En esta época se va a gastar (no se puede decir que desperdiciar) más agua y se van a utilizar más productos desechables.  Aunque por otro lado, al eliminar los buffets en los restaurantes, muy probablemente disminuirá la gran cantidad de desperdicios alimenticios que usualmente se prducen (no todo es malo).

Evita comprar nuestros recursos marinos. No se pretende infringir los derechos de autor.

Otro aspecto de la conservación de los recursos naturales tiene que ver con el impacto que tenemos al acercarnos demasiado, por ejemplo:  Si estamos practicando buceo, snorkeling o nadando y tocamos los corales (voluntaria o involuntariamente), estos se pueden infectar o morir.  En ocasiones no se nos advierte de antemano y el daño al ambiente es enorme, luego muy difícil, o imposible, de recuperar.  Muchas veces el lugar nos encanta y queremos llevarnos un pedacito como recuerdo, así que recogemos conchas, pedazos de coral, caparazones, estrellas o caballitos de mar o cualquier otro objeto marino que encontramos en la playa o decidimos comprarlo a los locales, en su estado natural o convertido en un adorno. Lo ideal, en este caso, si queremos ser viajeros responsables, es llevarnos únicamente nuestros recuerdos, guardar ese lugar maravilloso en nuestra memoria (y en fotos, si lo desean) y no llevarnos absolutamente nada del ambiente, de lo contrario, estaríamos contribuyendo a la destrucción de este.

Todo lo que he mencionado en esta y las dos entradas anteriores es especialmente importante en este momento, ya que la tendencia nos dice que cuando salgamos del confinamiento se espera que aumentarán los viajes domésticos, tanto rurales como a zonas naturales y para contribuir a su conservación, es necesario empezar (o continuar) comportándonos responsablemente.

Sígueme en Instagram:  @keepwandering_travel y @rubby_alvarez