Hasta el momento he mencionado varios temas que tienen que ver con el Respeto al Medio Ambiente: nuestra interacción adecuada con los animales, el daño al medio ambiente dada la cantidad de basura y plástico que producimos y la conservación de los recursos naturales. Todo lo anterior forma parte de la sostenibilidad ambiental, pero la sostenibilidad tiene también otros aspectos que, en ocasiones, no consideramos: la sostenibilidad social y económica.
Empecemos con la sostenibilidad social, que también, como la ambiental, es bastante amplia: Viajamos a otros países, lo hacemos (o decimos hacerlo) para conocer mundo, para ver cómo viven otros, para ampliar nuestra mente, para entender otras culturas. Y aunque muchos de los que leen esto viajan basados en lo anterior, hay otros que viajan y quieren llevarse su propio país con ellos, se aferran tanto a lo que conocen y rechazan lo que no es familiar y ahí, sin darnos cuenta, es donde se pierde el respeto por las otras culturas, por sus costumbres, por la forma de vivir, por lo que comen y por lo que creen. Muchas veces llegamos a querer cambiar la forma como viven, para que puedan ser un poco más como nosotros (asumiendo que la forma en la que lo hacemos es la correcta) o a criticar cómo lo hacen, cuando lo ideal sería poder involucrarnos un poco para aprender más, para tratar de que el mundo nos quepa en la cabeza, y si no lo hacemos, por lo menos únicamente dediquémonos a observar y a aceptar. Y esto también incluye comportarnos adecuadamente según las normas locales.
Cada uno tiene su manera de matar pulgas y viajar es eso, viajar es tan importante, porque viajar es entender las soluciones históricas y culturales con las cuales los pueblos enfrentan los desafíos de la historia, porque eso es solamente con los ojos y los relatos de las personas que vivieron lo que vivieron que te hacen entender la otra edad, que te hacen entender que el mundo es múltiple, diverso, heterogéneo, que muchas otras maneras de pensar, de vivir, de creer, son posibles y tan válidas como la tuya. Es enfrentarte a la otra edad total, es lo que enriquece más de los viajes, por eso viajar no puede desaparecer, porque el espíritu humano se vería enormemente mutilado sin los viajes. ¿Cómo será ahora? Ah, no sé. Pero viajar es la manera como la naturaleza, la mente, el cuerpo y el espíritu, expanden el ser para entender al otro, respirar otros aires y mirar otros atardeceres, en este caso, en el país del sol naciente.
Diana Uribe, Viaje a Japón I, Diana Uribe.fm
Uno de los temas importantes cuando hablamos de Turismo Responsable, a nivel social, es el Respeto por las otras Culturas. Como en esta nueva etapa, se supone, seremos viajeros más responsables, aprovechemos para profundizar en cada cultura que visitamos, incluyendo la nuestra. Tratemos de aprender y aceptar sus formas, sus creencias, su cocina, aprendamos de dónde vienen y entendamos que no es necesario que estemos de acuerdo, simplemente que la aceptemos y respetemos. Este respeto también incluye seguir las normas por las que la sociedad que visitamos se rige, por ejemplo, en muchas partes del Sudeste Asiático no están bien vistas las manifestaciones de afecto en público o en algunas zonas del mundo, las mujeres se visten más modestamente de lo que estamos acostumbradas (por nombrar algunas); así que antes de visitar un lugar, lo mejor es que aprendamos un poco acerca de su cultura y sus costumbres y tratemos de seguirlas mientras estemos allí, para evitar ofender a los locales. Y si queremos un poco más allá, tratemos de notar las similitudes, sin importar qué tan diferentes sean las costumbres, siempre vamos a encontrar aspectos similares a nuestra propia cultura. Por ejemplo, las familias en algunas partes de Asia llegan a ser un poco similares a las familias latinas: relativamente numerosas, cercanas, ruidosas, primos, tíos y abuelos son parte importante de la cotidianidad. Los lugares que rodean a algunos templos famosos en Tailandia o Myanmar pueden tener aspectos similares a santuarios católicos: ventas de estampitas, rosarios, imágenes, amuletos, artesanías y comidas, sólo cambian las imágenes y a quién se le reza adentro. Pasear por el campo en Camboya, no resulta muy diferente que hacerlo por algunas zonas de Colombia.
¿Qué es lo que más te ha costado trabajo aceptar cuando visitas otro lugar?
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