Viene de: ELEFANTES EN ASIA, Mi experiencia – Parte 2
¿Y si paramos por completo las actividades con elefantes
🐘?
La población de elefantes en cautiverio en Tailandia es de más de 3800 elefantes, eso implica que hay muchos individuos, familias y comunidades que viven del turismo con elefantes. Las implicaciones de detener súbitamente (como se trató de hacer) las actividades con elefantes, trato de resumirlas en tres temas, basada en la realidad de la industria:
Elefantes:
- Alimentación: La mayoría de los elefantes en Tailandia han crecido en cautiverio y los que se encuentran en campos o santuarios de elefantes, están acostumbrados a ser alimentados, muchos no serían capaces de buscar su propio alimento (no sabrían cómo hacerlo) o por lo menos necesitarían de un periodo de adaptación. Hay casos de elefantes que han destrozado casas, simplemente por buscar un poco de sal que necesitan. Y el problema mayor, aunque ha disminuido, es la caza de elefantes.
- Terreno: No hay suficientes espacios públicos o protegidos en donde la población de elefantes pudiese estar a salvo, en comparación con años atrás cuando existían muchos más elefantes salvajes.
- Caza: Aunque ha disminuido notablemente, aún sigue ocurriendo la caza de elefantes, sobre todo para tomar el marfil de sus colmillos o en ocasiones, matan a los elefantes adultos, para poder capturar a los bebés y entrenarlos.
Familias y comunidades: Muchas familias en Tailandia, especialmente en comunidades pequeñas (algunos de la minoría étnica Karen) viven directa o indirectamente, del turismo con elefantes. Al prohibir o vetar estas experiencias, se quedan sin medios de ingreso. Además, es muy costoso mantener a un elefante, ya que requieren terreno, que hay que mantener; comida (un elefante adulto puede comer hasta 130 kilos de comida al día (10% de su peso), entre fruta, cortezas, hierbas, raíces, semillas y granos y otros cuidados. Este problema se alcanzó a ver durante la pandemia.
Mahouts: Los mahouts son las personas que cuidan a los elefantes, generalmente es un mahout por elefante y generan un vínculo muy cercano. Ha sido algo que se pasa de generación a generación y usualmente han hecho este oficio toda su vida, no saben hacer nada más. Muchos de los mahouts en Tailandia vienen de minorías étnicas, como la Karen, que no tienen un estatus legal en el país; dado su estatus legal y social, han sido maltratados en la industria y les pagan muy mal. Algunas organizaciones ponen énfasis en el trato justo que se les debe dar a los mahouts, (salario justo, beneficios que otros trabajadores tendrían y, sobre todo, respeto) y no sólo a los elefantes.
Al tener en cuenta todo esto, vemos que es un problema complejo que no tiene una solución fácil, sino algo que va siendo gradual. Y sí, si miramos el panorama de lo que se veía en el 2006, comparado con lo que encontramos ahora, sí ha mejorado. Está lejos de ser perfecto, ético, responsable, pero la mejora en la industria ha sido notable. Es una evolución, un proceso en la industria.
Adicionalmente muchos de los turistas que visitan esos campos no son conscientes del daño que están causando (con seguridad algunos saben y no les importa, pero la mayoría lo desconoce) y siguen queriendo estar cerca de los elefantes. Por eso la concientización es importante y explicar (como ahora) las implicaciones, antes de que hagas tus reservas. Cuando sepas la realidad, ya es elección propia del tipo de impacto que quieres generar, tanto para tu experiencia personal, como para el lugar que visitas.
Aclaración: Este escrito es basado en mi experiencia, en el tiempo que he vivido en Tailandia y en el Sudeste Asiático, como en todo lo que he aprendido (empresas con las que he trabajado y estudios que he tomado). No pretendo ser una experta en el tema o considerar tener la última palabra al respecto. Mi objetivo es compartir mi información para ayudar a tu decisión en el momento de elegir actividades con elefantes. Es un tema complejo, por eso este escrito (o escritos) resultó más largo de lo esperado.
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