Los cambios, como mencionaba en la entrada anterior ¡Y sólo sé que nada sé! (link), son, hasta el momento, supuestos y aún no sabemos con certeza si ocurrirán. A continuación, algunos de los retos que enfrentaríamos junto con estos cambios.
En este momento no estamos seguros del alcance de los cambios que tendremos y, aunque lo percibimos, tampoco sabemos cómo reaccionaremos y lo que vamos a querer, como viajeros, cuando podamos volver a viajar. Lo único que se sabe es que tanto la oferta, como la demanda, de nuestros servicios turísticos y de los viajes, va a cambiar. Estos pueden ser algunos de los retos:
- Restricciones de viaje: Cada país ha desarrollado diferentes restricciones, en este momento son muy estrictas, pero se espera que se vayan flexibilizando de acuerdo con la evolución del virus en cada país. Al ser un proceso individual, implicaría que algunos países sigan con fronteras cerradas o no acepten ciertas nacionalidades, mientras que otros sean más abiertos a cualquier visitante. Algunos pedirán un certificado de que no se tiene el virus en el momento del viaje o, en su momento, pedirán certificado de vacunación. Esto afectaría la flexibilidad y libertad que se tiene al elegir un destino. También llegaría a dificultar la visita a varios países en el mismo viaje o, en caso de escalas o conexiones, no poder llegar fácilmente al destino final.
- Regulaciones: Para mantener la distancia social, se espera que los gobiernos y entidades públicas regulen la capacidad de los lugares y de los diversos medios de transporte. Dichas regulaciones tendrán que ser aplicadas por cada uno de los actores en la cadena de turismo: destinos, hoteles, tour operadores, agencias locales y los diversos medios de transporte. La oferta de destinos y servicios, como la conocíamos, va a cambiar.
- Precios: Aunque por un lado, algunos esperan una guerra de precios para poder recuperar un poco todo lo que se dejó de ganar en el periodo de quietud, algunas de las empresas no podrán hacerlo, o lo harán a perdida. Con lo que viene, muchas tendrán que aumentar los precios, por lo menos inicialmente.
- Aerolíneas: Posiblemente deberán tener algunos cambios para poder mantener cierta distancia entre los pasajeros, por lo tanto, no podrán vender sus vuelos a máxima capacidad como lo venían haciendo. Algunos, tal vez, invertirán en soluciones creativas para la distribución de sus sillas o en láminas que separen las sillas entre pasajeros y reducir así el riesgo de contagio. Seguramente tendrán que seguir el ejemplo de Emirates Airlines y tendrán que incluir pruebas de COVID19 antes de abordar el avión. También, pasará un tiempo hasta que puedan llegar a la frecuencia y cantidad de vuelos que tenían, dado que la demanda será menor y algunas aerolíneas estarán fuera del mercado. Estos factores, seguramente, harán que el precio de los tiquetes aéreos suba.
Nota: Lo anterior no se refleja en este momento en algunas aerolíneas que están vendiendo tiquetes internacionales hacia Colombia a precios muy bajos y con elección libre de silla para Julio, por ejemplo.
- Transporte para excursiones (buses, barcos): Aplica el mismo principio que con las aerolíneas: Al tener que vender menos plazas, es muy posible que se vean obligados a subir los precios, lo que resultaría aumentando el precio de las excursiones.
- Hoteles y servicios turísticos: Al tener que asegurar una menor ocupación y crear mecanismos para que los visitantes se sientan seguros, les será un poco difícil mantener el nivel de precios que venían manejando.
- Turismo más sostenible: Mucha gente en el sector está diciendo que ahora sí el turismo se volverá más sostenible, y en el mundo ideal debería ser así (hace mucho que debería ser así), sin embargo, considero que existen algunas barreras para que eso pase inmediatamente. Este tema es largo y complejo, aquí sólo menciono algunos puntos.
Cuando una empresa o destino no es sostenible, pasar a serlo, puede tardar mucho tiempo y puede requerir gran inversión de recursos. Y, sobre todo, debe concientizarse de la importancia de ser sostenible (que tal vez es la parte más difícil).
- Rentabilidad: Al finalizar este período, muchas empresas estarán necesitando urgentemente recursos y no podrán o querrán sacrificar la rentabilidad que venían teniendo, para cambiar a un modelo diferente, más sostenible.
- Conservación ambiental: Dependemos de las políticas de los destinos y las comunidades locales, para regular la cantidad de gente que se acepta en determinado sitio, para poder cuidar (ahora sí) esos lugares naturales que se han regenerado. Lograr coordinar a todos los actores que forman parte de la industria no es tan sencillo. Limitar el número de visitantes, también generaría un aumento de precios y tal vez algunos no lo encuentren tan rentable.
- Comunidades locales: Con el crecimiento que ha tenido el turismo en nuestro país en los últimos años, muchas comunidades rurales dejaron sus actividades tradicionales para dedicarse de lleno al turismo. Lograr que vuelvan a ellas como parte de su ocupación e ingresos, no será tan fácil, ya que el turismo ha sido más rentable.
- Entrenamiento y concientización: Hay muchas organizaciones, ONGs, comunidades, empresas privadas y pocos destinos que apuntan hacia la sostenibilidad. Pero ¿de qué forma podemos lograr que todos los actores que participan en la industria contribuyan a los objetivos del turismo sostenible?
- Gustos e intereses personales: Uno de los cambios que más se menciona son los viajes domésticos, sin embargo, bajo mi punto de vista, creo que requeriremos un poco de cambio de mentalidad, para llegar a disfrutarlos como se debe.
- Gran parte de las riquezas culturales que ofrece nuestro país al gran número de turistas extranjeros que lo visitan cada año, no necesariamente van a ser del interés del colombiano. Ya sea porque son lugares muy familiares (no son lo suficientemente exóticos), es parte de nuestra cultura (no es algo nuevo y por lo tanto no se valora), algunos tienen un nivel de comodidad muy básico y con un precio muy elevado (y no queremos pagar lo mismo o más de lo que pagamos en un viaje al extranjero, para viajar por nuestro propio país). Muchos ni conocemos todo lo que el país tiene para ofrecer.
- Colombia está llena de lugares maravillosos, sin duda, pero muchos de ellos son de difícil acceso, requieren permisos especiales, y al final resultan bastante costosos para el colombiano promedio. Hay muchos sitios que los visitantes extranjeros se sorprenden de que no conozcamos o que no estemos interesados en visitar.
- Muchos se inclinarán por ir a los mismos lugares que van siempre, como Cartagena, San Andrés o Villa de Leyva, por ejemplo, que dado el cambio que estamos enfrentando, muy seguramente van a estar más llenos que de costumbre al recibir más turismo doméstico.
- Los viajes de larga distancia llegaron a estar al alcance de mucha gente, por la creación de nuevas rutas, la multiplicación de las conexiones y gracias a las redes sociales, tenemos esa sed de ir a lugares nuevos e ir cada vez más lejos, por lo tanto, los destinos domésticos no serán tan atractivos. Por lo menos inicialmente.
Estos son sólo algunos de los retos que, una vez vayamos enfrentando la situación, puede que se multipliquen.
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